miércoles, 31 de diciembre de 2014
Mensaje de año nuevo
domingo, 28 de diciembre de 2014
Irascible
Despierto a mitad de la noche en una cama que no es la mía. Me duele todo el cuerpo y un sabor metálico invade mi boca. Pero ya he dormido otras veces fuera de casa, infinitas veces menos cansada.
El frío y el calor de Cuenca son raros, quizá por estar situada en la serranía y por haberme tocado caer en la Mancha: todo extremos y sequedad, cual desierto. El nórdico me proporciona un calor que no sé de donde viene, pues su ligereza causa una sensación térmica ajena y fantasmal, casi desagradable.
Detrás de la sensación superficial percibo una idea que hasta ahora no había imaginado. Estoy en la misma ciudad que Dee Dee. Entonces lo recuerdo con cariño y nostalgia durante largo rato, como bien se merece. Pienso una y otra vez todas las palabras de afecto que llevan su nombre, todas las que me atreví a dedicarle y las que le dedicaré, aunque tal vez no por escrito.
No he olvidado su voz, sus gestos, su risa, sus muletillas: esos "insistos" que anunciaban las preguntas del examen... No he olvidado nada y no creo que fuese capaz de hacerlo. No quiero hacerlo.
Lejos de pretender dejarlo atrás definitivamente, considero que mis preocupaciones han tomado un rumbo demasiado distinto, que dentro de mi cabeza no hay tanto espacio para el análisis de todas y cada una de mis sensaciones como había antes; de la admiración de una alumna hacia la su profesor. Solo de esa forma lograré quizás volverme prudente (o técnica) de una vez por todas. Resulta irritante no encajar en ninguno de los polos; quedarse en medio de la clasificación categórica sin pertenecer a ningùn lugar.
Sin embargo puede que sea justamente eso lo que necesito: una válvula de escape que me aparte de este mundo calculado que me rodea. Puede que sean mis sentimientos lo único mío que me queda, después de tanta erosión causada por el tiempo. De nuevo una visión contradictoria. Pero esa es mi realidad: no hay sitio para la calma y lo estable.
miércoles, 24 de diciembre de 2014
Feliz Navidad
domingo, 21 de diciembre de 2014
Mi coste de oportunidad
sábado, 20 de diciembre de 2014
Pacto de no intervención
viernes, 19 de diciembre de 2014
Anytime
sábado, 13 de diciembre de 2014
Renacer
viernes, 5 de diciembre de 2014
Sobre cambios, transiciones y evolución
sábado, 22 de noviembre de 2014
Obra de un Borbón
viernes, 21 de noviembre de 2014
El sueño kantiano
martes, 18 de noviembre de 2014
Perteneciente o relativo a Austria-Hungría
Una vez definidos los bandos, no hay vuelta atrás. Ya no me importa hablar y que me escuchen y por mi opinión pretendan hundirme, porque la libertad es el condicionante universal, igual para todos.
Estoy cansada de permanecer en silencio por miedo a que me oigan y mis palabras puedan ser utilizadas en mi contra. Estoy harta de esta igualdad teórica, pues considero que uno tiene opción a pedir, o incluso exigir, de manera lícita cuando cumple con su deber y su cometido, cuando es responsable y consecuente de sus actos.
O conmigo o contra mí, ya no hay lugar para pacifismo. No quiero ser un Imperio Austrohúngaro provocado y llamado a las armas por el canciller alemán. Aunque todo es cuestión de tiempos: ahora él no tiene ni la más remota idea de en favor de qué está actuando. No tiene idea de nada.
viernes, 14 de noviembre de 2014
Sin palabras
jueves, 13 de noviembre de 2014
Parafraseando a Churchill
Pido palabra y consejo a alguien que sepa qué es activar el chip de positividad al poner un pie en la calle desierta de por las mañanas y, sin embargo, llegar a casa a diario con el corazón arponeado y las ilusiones deshechas en un puño. Diluídas por el ácido que desprende su muñeca durante el día. A quien sepa qué se siente cuando no hay fuerzas. A quien también haya perdido las ganas de despertar y levantarse por las mañanas.
Odio admitir que todo me está desmotivado, pero esa es la realidad. Qué será de mí si, a causa de la falta de tiempo, no importa cuánto estudie, pues jamás me será posible demostrar que me esfuerzo de verdad, que lo doy todo y más por seguir, aunque esa continuidad insana me cueste sangre, sudor y lágrimas. ¿Qué más debo hacer? A fin de cuentas nada es suficiente. Ese es el hecho inmutable que queda demostrado una y otra vez.
En mi cabeza se formó un cúmulo de desesperación que crece sin parar, que me mata por dentro sin que pueda hacer nada. Que me mantiene en una eterna caída por el abismo, sin dejarme ver el final. El final que siento la necesidad de alcanzar al fin.
Siempre pude con todo, pero ¿esto? Esto es demasiado. Echo de menos la época que viví ahí arriba, ansiando la llegada de las letras, el punto de inicio de las carreras oscuras. Quién me lo diría entonces. Aquello nunca debió terminar.
martes, 11 de noviembre de 2014
Umbral 0 de inteligencia; el umbral inteligible
domingo, 9 de noviembre de 2014
Farsa
jueves, 6 de noviembre de 2014
Ludismo
Cada mañana el vil despertador me arranca de la dulzura del mundo onírico, donde puedo ser libre, donde el tiempo es más que suficiente para ser feliz, donde todavía puedo pasar las páginas de un libro y sentir que la literatura soy yo, que su fuego me quema y su esplendor, su comprensión, incluso, me invaden. Y que ningún sueño me está vetado. El pitido desesperante, desconsolador, mil veces repetido me arroja a un lugar sombrío y amargo en el que ni hay espacio ni hay lugar. Ni hay tiempo, ni vida ni ilusiones, y todos los horizontes multiplican por mil miles su lejanía.
Miles de seres inútiles e inhumanos buscan algo, todos abusan de mí, y entre ellos se pelean por robar mi aire, mi esencia, el combustible que me levanta y me anima a continuar, y yo me pregunto: ¿qué estoy haciendo con mi vida?
¿Qué hago aquí y por qué el destino insiste en cebarse conmigo? Día y día pienso con el camino que dejé atrás, el que no me permitieron escoger. ¿Cómo sería mi hoy si ayer hubiese optado por los conocimientos prácticos? Si hubiese utilizado la filosofía como búsqueda de la felicidad y no como otra cosa, ahora esto no me atravesaría como un puñal.
A veces intento llorar, pero con resignación me percato de que ya no tengo fuerzas para eso. Ni fuerzas, ni tiempo, ni vida, ni nada.
Así que, en ver que no puedo hacer nada, me limitaré a interpretar mi papel de máquina, puesto que no soy más que eso. Desde hoy seré la imprenta que el director de la obra quiere que sea, y nada más. De persona me queda mi peso muerto sobre los hombros. Así será hasta nuevo aviso.
Si buscase a un culpable, desde luego, Taylor quedaría absuelto. Me esfuerzo en ser una buena alumna, pero nada parece ser suficiente.
viernes, 31 de octubre de 2014
Yo te buscaré, te encontraré...
Recuerdo el 31 de octubre de hace justamente un año. Yo estaba feliz, muy feliz. Y cómo no estarlo, si el destino me tenía reservada la fortuna de volver a escuchar su voz. De escucharla por última vez...
En otras circunstancias, en las de entonces, por ejemplo, hubiera elaborado un salmo perifrástico en honor a su mirada, su voz, su mano izquierda, sus pasos a través del pasillo o el simple temblor que su recuerdo me produciría. Pero estoy demasiado cansada como vacilar en la disputa entre Dee Dee y el tiempo. Demasiado agotada para pensar más.
No está. Se fue, y los daños colaterales aún me persiguen. Daños, fundidme con el pasado que no volverá, pues de irreversibles, me quitásteis la capacidad de vivir sin vuestra dolorosa influencia.
Estés donde estés, no desaparecerás de aquí. Y ya no puedo continuar.
jueves, 23 de octubre de 2014
Sobre Platón y sus dos mundos
martes, 21 de octubre de 2014
(Sin)sentidos
domingo, 19 de octubre de 2014
Leyes
jueves, 16 de octubre de 2014
"La liberté consiste à pouvoir faire tout ce qui ne nuit pas à autrui."
viernes, 10 de octubre de 2014
El espacio disponible
lunes, 6 de octubre de 2014
Tercer Estado
viernes, 3 de octubre de 2014
La Bastilla
jueves, 25 de septiembre de 2014
Veintisiete planos
lunes, 22 de septiembre de 2014
El Mago de la Guerra
domingo, 21 de septiembre de 2014
Mar de ayeres
martes, 16 de septiembre de 2014
Recíproco
Para Lalu, que se sienta detrás de mí, Gema, que en clase de Historia ocupa el sitio de María, a mi derecha, Irene, una mesa más allá, o cualquiera de las personas que ocupan la "nueva" aula (y digo "nueva" porque ya estuve allí, en 2º de la ESO. Recuerdo aquel pasado primer día en el que Macarena nos recibió allí, con una de sus habituales sonrisas. Todo so pasó, pero al mirar atrás parece que ambos sucesos son simultáneos) esta debe ser una hora más dentro de una mañana tremendamente ordinaria. Para mí es totalmente diferente. Este no es un día normal.
Almudena acaba de devolverme el libro que le resté hace unos meses, cuando aquel cuarto no había acabado. Tras dejar sus cosas sobre la mesa, nos muestra la prueba cuya existencia llevo intuyendo semanas: la temida Evaluación Inicial.
Quizá el tiempo escasea. Tal vez la Geografía no termine de definirse por mi bando. No obstante la Historia sigue estando de mi parte.
Define conceptos y personajes. Guerra Fría. Crack del 29. Marxismo. Napoleón...
Napoleón me transporta a otro tiempo, a otro lugar. Como todo lo que me rodeaba estando allí, dos tiros de escalera por encima del espacio que ocupamos hoy.
La nostalgia y aquel frío hicieron un buen trabajo conmigo. Nada me impedirá recordar los instantes vividos en la cueva: la felicidad y la tristeza, los reencuentros y las despedidas, los pensamientos y que condensé en el ambiente reflexivo, los largos y constructivos debates, la oscuridad y ese extraño rubor... Godoy regresa junto a mí.
Pero esto no es una cueva. Siento que será la última vez. Sé que es una despedida. Nos miramos y no hace falta nada más. No hay nada más que la clase llena de mis compañeros enfrentados a sendas pruebas iniciales y Almudena. Y el rastro blanquecino del fantasma metafórico que guarda bajo llave los nuevos recuerdos: los de la cueva. Los de Reven y toda su historia. Elena Galán no discreparía.
Hasta siempre.
viernes, 12 de septiembre de 2014
Acerca de la verdad y la realidad
martes, 9 de septiembre de 2014
Episodios Nacionales
Un siglo pasado que se repite una y otra vez para mí. Y, de repente, es como si lo hubiera olvidado todo.
Se me escapa el tiempo de entre las manos, y no puedo evitarlo. Qué asco le tengo a esta maldita presión.
domingo, 7 de septiembre de 2014
Vanguardias
Sin dejar de elaborar sus obras con una intención clara, permiten al espectador ponerse plenamente en contacto con el espíritu artístico y sacar sus propias conclusiones sobre el sentido real y el figurado: el que uno mismo crea a partir de la observación y la valoración del contraste entre sociedad y obra. Entre lo que quiere hacernos creer y lo que de verdad es.
Interesante, la cuestión. Pero esto es sólo una opinión.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Toledo
Si en algún lugar el ayer regresa y las palabras cobran otro significado, es aquí, bajo la luz sombría del Entierro del Conde de Orgaz. Sobre su lápida, que yace a sus pies desde hace siglos.
lunes, 1 de septiembre de 2014
En nuestra realidad
Por otro lado, culturas y terrenos a punto de resquebrajarse, sufren la lucha de dos bandos: el mutilado y el que reclama lo que es suyo. Pero nuestro no es nada más que el cuerpo que nos mantiene atados a este lugar.
Robar está permitido, pues la justicia está mal hecha, y el criminal jamás paga los platos que rompe. En cambio, si alguien coge algo por necesidad, las puertas de la cárcel se abren de buena gana para él.
También se escucha que, de vez en cuando, sube la bolsa. La noticia es motivo de júbilo, y todos se alegran. Sin embargo, los poderosos jamás abrirán la mano a buena voluntad, no tanto como ellos dicen. La economía crece para ellos, y ¿qué queda para los demás? Hambre y condenas para aquel que intenta sobrevivir. Gente que aquí es arrancada de su hogar, personas que allá mueren por abolir la desigualdad social. Y el rico, en su mansión, pone cara de pena, pero ya está. Ese no es su problema.
Sobre daños, pérdidas y horrores se habla. Para daño el que el hombre insiste en hacerse siempre a sí mismo.
miércoles, 20 de agosto de 2014
Mamá
Hechos... Los hechos son el contenido de la trama impenetrable.
domingo, 10 de agosto de 2014
Dos faros
Nos íbamos a comprar estando en la piscina, o acabábamos de llegar, ya no estoy segura, cuando recibí aquel mensaje. Aquel que anunció su llegada. Esa tarde estuve hablando largo y tendido con sus primas, y jugando a un par de juegos de cartas. Paula y Lidia se marcharon a conteplar los bronceados cuerpos de los jugadores de voley (que llevan tostándose desde el mes de mayo), así como el deporte en sí. O eso dicen. Lalu se quedó conmigo. Puede que tuviésemos también una entretenida y redundante conversación sobre cualquier tema social-político. O igual me contó qué se iba a poner para el pregón de fiestas, quién sabe. Las dos saltamos, literalmente, de alegría.
Después de tan solo unos días aquí, Almond se fue. Pero,¡qué días tan maravillosos! Los detalles se los reservo a mi memoria. Me faltaría blog para comentarlo todo como realmente se merece.
Una de las noches, imagino que la del día 4, le mostré mis delirios hechos palabras, encerrados en estas entradas desde hace dos abriles. Él me dijo que la sensación que domina el cuerpo tras leerme es melancólica, triste, pesimista... y que ciertas palabras clave lo demuestran. Hoy quiero escribir algo alegre para ti.
Cada lugar lleva impresa tu huella: la "Zona 3G" de los alrededores de la iglesia, el duro suelo del frontón, el banco de la plaza donde nos conocimos, la cortina vieja que cubre mis libros, los pasadizos, la fuente de nueces de mi cocina, la puerta de la tahona, el baile y la acera que hay frente a él, tu calle y "la Báscula". Cada sitio que siempre ha pasado desapercibido, al cual jamás presté atención, ahora es una fuente de sonrisas y recuerdos.
Voy a contarte un secreto: engaño a mi propia literatura, si es que se le puede llamar así, porque yo nunca he sido pesimista y, sin embargo, sabes muy bien que ella sí lo es. Y otro más: la tristeza que manifiesto cuando te vas, cuando de nuevo me dices adiós, no supone siquiera una cuarta parte de la felicidad que siento al volver a verte. Aunque eso no me convenga ni me sea rentable, es la verdad más innegable que puedo decir.
Pronto nos veremos otra vez. Me niego a dejar pasar tanto tiempo una vez más. Hasta entonces, Ojos Azules, que de noche parecen dos faros.
<<La misma sensación que al leer Góngora.>>
lunes, 4 de agosto de 2014
El IV Reich
Suerte. Qué palabra. Manera detestable de separar el mundo, el futuro, los acontecimientos, la casualidad y la causalidad. Incluso a las personas. Buena o mala. No hay más, en teoría. Vaya movidas se inventan, los desgraciados. Para mí ya no existe ninguno de los dos vocablos. Ya no hay nada.
Carlos me habla del supuesto Cuarto Reich. Esos sí que tienen algo que contar.
miércoles, 30 de julio de 2014
A veces
¿Qué es esto que me ata y me rechaza a su vez? A veces pienso lo que conlleva todo esto, al mismo tiempo que su causa.
A veces no puedo evitar sentir mi cuerpo demasiado pesado para mí. No puedo irme, pero tampoco quedarme. El lugar me está vetado. Peso demasiado para sostenerme de pie.
A veces no puedo evitar echar mil cosas de menos. Esas cosas que todo el mundo odia, y esas otras que todo ser viviente querría. Que toda persona perseguiría hasta morir con tal de sostenerlo entre sus manos por una vez, durante unos hermosos y castigadores instantes.
domingo, 27 de julio de 2014
Al margen de los hechos
A veces es inútil tratar de escapar de la incertidumbre, del bullicio que grita verdades inaudibles. Sabe que está ahí, pero no cómo, ni cuánto va a durar. Y eso es a lo único que uno puede agarrarse.
Otras, en cambio, el silencio susurra las respuestas a tantas preguntas arrojadas al viento, y es el eco de su voz cuanto se puede escuchar. Aquello que es cierto, y se sabe sin saber por qué. Que vuelve, una y otra vez, que llegará algún día. Sí, algún día. Si acaso lo olvidara, recuérdamelo. Tantas veces como sea necesario, hasta el final. Hasta el último punto y final, que resulta ser el último suspiro.
martes, 15 de julio de 2014
Una pincelada blanca
Ondear en el viento para escapar de un lugar que no es el tuyo, ¿tiene sentido? Alguien me dijo una vez que el viento se mueve en círculos, y que todo círculo es infinito, no tiene ni principio ni final. Y que siempre regresa al mismo lugar. Adoro el frío, pero es duro sentir punzadas de frío al respirar.
Ahora la voz rota de Alice Cooper me desgarra con su veneno, otra vez. Es duro tener que regresar a esto: a utilizarlo como un medio para evadirme de la realidad. No quiero más evasiones. No quiero volver a escapar.
Todos juran y prometen un futuro mejor y más puro desde la felicidad, y no digo que mientan . Pero esto no es el futuro, es el maldito y asqueroso ahora.
Entonces la canción acaba, y descubro que todo es verdad. Que el ahora sea negro significa que en el horizonte hay un después más limpio –siempre estropeo mis pinturas al usar el negro. ¿Se podrá ser más manisa? Pero, espera... Al negro siempre puede taparlo el blanco. No es un cambio brusco, y eso es lo mejor: perderse en la magia de los matices. Aunque suponga adentrarme y arrastrar a otros conmigo al desierto gris–, y que algún día llegará. Y esa es su única ventaja.
Y yo me quedo con eso. Nadie puede hacerme dudar.
viernes, 11 de julio de 2014
De una noche de verano
Después de tanto superar, de tanto resistir, de tanto recaer, me vuelvo a empujar. ¿Por qué volver a insistir? ¿Por qué volver a caminar?
Las noches discurren para todos igual. Sin luz ni oscuridad. Sin alegría ni pena alguna. Pero a mí, cuando me bañan las ráfagas de viento que traen sus palabras, se me acelera el corazón y la mente, y no puedo pensar en nada más que en la luz de su mirada. Y, de repente, me descubro pérdida con el fantasma de su voz.
lunes, 7 de julio de 2014
El desierto de grises
Solo sé que el viento me consume y me envuelve en un remolino de imágenes que me golpean sin parar. No me permiten pensar, no me dejan escapar.
Julio devuelve el tiempo de suspiros, de añoranza, de mirar por la ventana en busca de un minúsculo agujero por el que escapar de él. Por el que escapar de todo.
Regreso a un momento cuyos antecedentes no son más que borrones en mi memoria. Curiosamente, aquella barca a la deriva siempre ha sabido mantenerse a flote. Como el náufrago de aquel relato que Dativo me recomendó leer.
Me concentro en esa barca y, por un instante, puedo ver a mi hermana sentada frente aquel viejo ordenador blanco. En la pesada pantalla se divisan múltiples círculos y óvalos de colores que alguien plantó sobre un sobrio fondo negro. Ella los dibujó para mí. Con un dedo me señala cada cuerpo redondo, en busca de mis respuestas carentes de sentido a cerca de su color. A petición mía.
Entonces no entendía qué me hacía diferente. Entonces no sabía qué era caminar en un desierto de grises, ni comprendía que siempre estaría perdida en ese lugar. De alguna forma aquel juego inocente me hacía pensar que algún día todo acabaría. Que sabría salir de allí. Y que alguien me ayudaría.
Su cumpleaños, hace dos días, resultó ser el culpable. El culpable de que me de cuenta por enésima vez de que ella siempre ha sido mi pilar, que me da fuerzas y confianzas para avanzar, aunque ya nunca camine de su mano.
Y, al abrir los ojos, me percato de que ya estoy matriculada. Oficialmente, estoy en 1º de Bachillerato de Ciencias Sociales y Humanidades. Espero que en el futuro conserve la felicidad y la decisión con la que hoy inicio esta nueva etapa. Es ahora cuando empiezo a recorrer mi camino.
miércoles, 2 de julio de 2014
Luz del alba
La tormenta alcanza su clímax a las doce en punto. Como un incendio voraz arrasa con todo a su paso. Abate un tiempo proclive a desaparecer cruelmente. Sin piedad.
Pero a su fin siempre llega la calma. Ya no hay truenos de medianoche, sino la luz de un alba inminente que precede a un nuevo día.
sábado, 28 de junio de 2014
La Gran Guerra
El tiempo de espera ha terminado, o eso parece. No obstante esto ha cambiado en su totalidad, a la vista de todos, como mínimo. Hace meses yo seguía confiando ciegamente en el universo, sin pensar en el riesgo. Ya todo me ha dado la espalda.
Como si el asunto hubiese comenzado cien años atrás. Entonces Gavrilo Princip asesinó al archiduque austrohúngaro y a su mujer. Y comenzó la terrible Gran Guerra. Europa ya no pudo escapar. Y creo que yo tampoco.
miércoles, 25 de junio de 2014
Otro viaje
La lluvia tras los cristales me recuerda a otro tiempo, a otro lugar. Ese tiempo para otras cosas, para otras personas, para otra mentalidad. Ese lugar donde el conocimiento del mismo era inferior, donde no supe apreciar enteramente el suelo que pisaba. Pero lo intenté. Juro que lo intenté. Aquella Francia desprovista de su coraza y de su esencia, donde sólo veía la sombra de cualquier catedral, los trazos de cualquier pincel.
Hoy, mañana y siempre parecerá amanecer, allá a lo lejos, donde nace y muere Bayona. Donde cada día despierta arropado por las nubes. Y en cada nube flota el espesor del ayer.
martes, 24 de junio de 2014
Breve Historia de España
La agitación del repentino despertar me sacudió y, de manera instintiva, agarré la suma de sábana y edredón que todavía, en pleno verano, me arropan cuando reinan las estrellas. Como una niña asustada que abraza su propio torso a fin de propinarse consuelo, pienso en el frío y seguro invierno para abolir la soledad. Y entre sueños vuelvo a notar su caricia en mi pelo. En el único sitio donde ahora puedo estar a su lado.
Por la mañana trato de analizar la Sonatina de Rubén Darío después del desayuno. Sobre la mesa veo el libro Breve Historia de España que estuve leyendo anoche —608 páginas de brevedad—. Es curioso cómo todo puede cambiar de manera tan radical en un tiempo relativamente corto. Recuerdo que cuando cursaba 1º de la ESO detestaba las Ciencias Sociales. No obstante, cuando se marcharon Nieto y la Terry (que sustituyó a Nieto cuando este se pilló la baja), todo cambió.
En 2º de la ESO llegó la dulce y bella Macarena (la mejor tutora que he tenido hasta ahora). Sospecho que fue ahí cuando empezó todo. Fue entonces cuando descubrí la parte teórica del Arte, y quedé prendada de ella, al igual que pasó con la Historia en mi primer contacto con ella.
Cuando su niño nació ella tuvo que irse, como es natural. A cambio llegó el gran Antonio Bernal, que era igualmente un hombre agradable. El hombre, como vio que una servidora no tocaba el suelo al sentarse en la silla, me regaló una caja de madera, la cual fue cargada con la responsabilidad de elevar el suelo hasta mis pies. Me pidió que la decorara a mi gusto y que ésta sirviera como recuerdo suyo cuando dejáramos de vernos. Y así viene siendo desde entonces.
Con la llegada de 3º vino también Almudena, quien también nos ha llevado durante este año. Sus clases supusieron mi reconciliación definitiva con la asignatura, después de un primer curso sombrío. Pero eso no es todo. En sus palabras encontré mi gran vocación, mi amor por la Historia (la Geografía es caso aparte. Igualmente me fascina, pero resulta ser munición de menor calibre). Y con ella y Fernando llegó El Prado. Dicha queda toda alabanza con esto.
Por la tarde una instancia de Paula llega en forma de mensaje de texto. En ella se reiteran sus inminentes deseos insaciados de que me arregle de una vez para salir a tomar algo. A regañadientes interrumpo mi redacción del comentario sin cesar las disculpas hacia Rubén Darío por dejarlo en mantillas, y obedezco.
Sobre la estantería veo el perfume de color violáceo que bañaba la piel de Macarena. No he vuelto a verla desde que nos presentó a su pequeño. Lo cierto es que la echo de menos, aunque procure no darme cuenta, y me encantaría volver a encontrarla. Sin embargo, si volviera, significaría que Almudena o Fernando se habrían ido, y diría que no compensa. Al menos no por ahora.
Alargo el brazo para coger el frasco con delicadeza y me impregno de su olor. Cierro los ojos y me tropiezo nuevamente con la imagen de ella con su niño en brazos. Y estallo en lágrimas de ternura.
Carta 1ª:
Jamás sabré si usted ha vuelto a pasarse por aquí durante todos estos meses, ni si volverá a hacerlo tarde o temprano. No obstante aquí constará mi parecer sobre su constestación a mis reseñas.
A ojos de cualquiera soy solamente un alguien desacompasado con su tiempo, con su edad y con la mentalidad que supuestamente debería poder atribuírsele. Esto puede tener o no que ver ahora, pero ¿qué importa eso realmente? Se trata simplemente de un hecho verídico que usted mismo viene pudiendo comprobar desde tiempos inmemorables.
Como bien especifica, el truco de todo consiste en su naturaleza. En la llama que nace en usu interior y lo abrasa sin piedad con deliberio e inspiración. Y aquí reside la autenticidad sobre la existencia de un único autor. Así será para siempre.
Tal vez la creación de ideales sobre su persona que se me apodera se deba justamente a esto. A que su fuego también me queda. También yo dejaré esto último a libre interpretación.
Nada más que añadir. Que de sus palabras siga surgiendo la emoción de infinitos amperios.
Queda escrito.
Una supuesta señorita: E.M.
viernes, 20 de junio de 2014
Las tierras del oro.
jueves, 19 de junio de 2014
Jueves, 19 de junio
Como digo un fuerte motivo me obligaba a arrancar las sábanas de mi piel, con la que parece fundirse cada mañana en la que la debida asistencia al instituto no la motiva a ser deslizante. Esta mañana, allá en la capital, tenía lugar la proclamación del Borbón heredero del trono, el nuevo rey: Felipe VI. Qué decir tiene, como amante de la Historia estos acontecimientos me pierden.
Desfile militar, saludos, juramento, proclamación, discurso. Llegada al Palacio Real. De alguna forma ese mundo me une con un pasado que cada vez se aleja más, y ya no hay retorno posible. Solo puedo regresar cuando observo maravillada los cuadros de reyes y reinas, y la corona. Ajena a toda opinión política.
Felipe sale al balcón seguido por Letizia, que camina unos pasos por detrás, y sus hijas. <<Pero en seguida lo alcanza y vuelve a abrazar a su rey>>. Lloro y a la vez sonrío, como cuando era niña.
Sin embargo en aquel entonces aún estaba incompleta, a pesar de no poder sentir todavía la pesadez del vacío. Eso, por suerte o por desgracia, no llegó hasta bastantes años después, cuando ya había confiado en todo. Cuando todo me había dado la espalda.
Sentía que me faltaba algo, pero nunca supe de qué se trataba. Hasta que tuve sed. Entonces comencé a leer y ya no pude parar.
lunes, 16 de junio de 2014
Perestroika
viernes, 13 de junio de 2014
Tiempo de descuento
Regreso a aquel lugar donde un día (me parece que fue ayer) le escribía mensajes de texto a María en un lenguaje propio de eruditos. Me hizo la mitad de gracia que a Johnny, que sí lo entendía. La última mirada cómplice de los adláteres en busca de alguna efeméride me estremeció.
Hoy estoy aquí, a pocos metros del hepicentro, en el concurrido centro urbano de "Treyun", como lo llaman en el pueblo de Elena Galán. Hace un calor de mil demonios, más que ayer, a las cinco o seis de la tarde.
Paula nos convocó en el lugar señalado a hora punta, a las nueve, creo recordar. Tengo hambre, por Dios ¡qué sofocón! Lalu está sentada en la otra punta y no puedo comentarle mi jugadón de esta mañana ( está muy ocupada con el España-Holanda, asunto de vital importancia). Huele a vainilla y no requiere.
Tengo las manos llenas de grasa por el pincho –tortilla. Exquisita, por cierto–. Las putas servilletas ensucian más de lo que limpian. Veremos cuando vuelvan los brasileños. Entonces será otro cantar.
jueves, 12 de junio de 2014
12 de junio (Otro jueves cualquiera)
La parte buena de todo es que lo malo siempre tiene un final, que siempre podemos encontrar la luz al final del túnel. Lo jodido del asunto llega cuando las cosas buenas culminan. Es espeluznante. Pero aún lo es más si lo que yo considero bueno para el resto de la humanidad es la peor carnicería que haya podido tener lugar en el mismísimo averno. Y aún lo es más si las virtudes que el mundo siempre encuentra en un deshilachado y mugriento mañana, para mí no son más que eso. Un deshilachado interlineado que un mal autor no supo sobrellevar.
Me inclino por la agonía eterna del mundo, que resulta ser para mí el delirio supremo. La encarnación del ayer que hoy amenaza con alejarse hasta dentro de un tiempo tan leja que ni siquiera puede verse, que jamás transcurre. Que me deja congelada en la angustia bajo un bochornoso sol de verano.
PD.: Los cubitos de hielo invencibles me sostendrán hasta nuevo aviso.
martes, 10 de junio de 2014
Caminos
<<Caminante, no hay camino, se hace camino al andar>>.
A. Machado
Me gusta salir a caminar por cualquier camino de detrás del pueblo, sin saber adónde lleva. Me permite pensar con libertad, especular sobre las mil historias que pudieron acontecer, de las que girasoles, sol, tierra y viento fueron testigos, o inventarme otras nuevas. No alcanzo a entender cómo, pero siempre regreso al punto de partida, como si nunca me hubiera ido. Como si el camino no llevara a ninguna parte.
Me gusta discutir con Lalu mientras paseamos por aquellos senderos perdidos que, si no existen, rápidamente los inventamos. Me gusta escuchar y tratar de comprender, hacerme escuchar y que ella me entienda. Puede que no siempre compartamos la misma opinión —de hecho ambas somos bastante egoístas y acaparadoras en ese sentido—, pero siempre considero a un buen debate constructivo. Nadie juzga a nadie por su forma de pensar, sino que esta se olvida cuando las primeras casas regresan.
Cuando Paula y mi hermano nos acompañan el éxtasis muta. Entonces desechamos los caminos y hacemos campo através. Entonces las espigas nos tragan a los destellos de cada atardecer, y los árboles me abrigan cuando me abrazo a sus ramas por miedo a caer. Entonces siento que me mece el tiempo, que lo cercano se ha largado y que puedo palpar la distancia.
viernes, 6 de junio de 2014
De defensa: hormonal y estructural
Dejando atrás el tiro de escaleras me aproximé a la zona cero. Por curiosidad, simplemente. O qué sé yo; ¿y si estaba pasando algo? Una alumna de 2º de la ESO le replicaba a su profesor de Ciencias Naturales (que es el mío de Biología) el haberle puesto una amonestación a su juicio inmerecida. En ver que allí no se me había perdido nada hice ademán de volver sobre mis pasos, pero un golpe seco contra María me recordó que teníamos clase en el laboratorio.
Resulta que era lunes. Hacía un momento que la mochila se me había enganchado en el respaldo de la silla. Caminaba sin saber adónde iba, ni de dónde venía. Todo encaja. En cuanto sonó el timbre subí y bajé de nuevo, a la esquina de Crisálidas.
martes, 3 de junio de 2014
Ahora un nuevo aniversario
lunes, 2 de junio de 2014
Bayona (1807)
Esta mañana bajaba con tiempo a la parada de autobús (lo juro). Esta mañana he podido permitirme incluso aminorar la marcha para esperar a un alumno de mi pueblo que va a 1º de Bachillerato (de Ciencias, aunque no estoy segura de que tenga claro qué hacer después) y saludar a las mujeres madrugadoras de la plaza las cuales aguardan pacientes a que el frutero despliegue su tenderete y así llevarse las mejores piezas en venta.
El mercado se había extendido más de lo habitual, había puestos hasta casi la mitad de la Calle Mayor. Como siempre, avanzo esquivando cajas y barrotes desperdigados por todo el suelo, solo que más tranquilamente ("Hoy tengo tiempo"). Una leve sacudida de aire me revuelve el pelo y, no sé por qué, me hace girar la cabeza 90º a la derecha. Estudio la bandera roja y amarilla deshilachada mecida por el viento unos instantes y al fin la dejo atrás.
A cuarta hora me sorprende un extraño examen de Ética: breve y conciso como jamás los he visto. Pero, claro, la cosa tenía truco... Me explayo en la segunda pregunta. Contesto todo lo que llevo en mente, todo lo que soy capaz de procesar y aplicar a la práctica. Y al terminar el profesor dice que no era necesario tanto, que no sabe si podrá dármelo por bueno. "Pero si yo lo he..." qué más da.
Después dos compañeras me abordan para hacerme mil preguntas que ni siquiera entiendo sobre el viaje de fin de curso del año que viene. Como muchas otras veces suelto respuestas que elijo al azar. Ellas parecen satisfechas. Johnny cruza el pasillo y nos saluda (creo que tiene clase en 2º de Ciencias). Héster aparece de repente en la puerta de la cueva y me acerco a ella. La verdad es que ya no recuerdo de qué hemos estado hablando.
En clase de Lengua: literatura de la posguerra. Bien.
De vuelta a casa, Lalu me comenta las posibles semejanzas entre los dirigentes políticos españoles y los dictadores del siglo XX (extrema derecha = fascismo, extrema izquierda = comunismo). No estoy segura de cómo la conversación ha llegado hasta estos límites. Decido terminarla. Vale, la mayoría de honrados lo justo, pero tampoco creo que merezcan tales insultos. Al menos de momento. Vamos, que no se puede hablar...
Dos idiotas, porque no se les puede llamar de otra forma, se meten con un compañero de clase. Qué se le va a hacer, los niñatos se creen superiores por nada. Suelto una borriquería que no escribiré, pues no me siento orgullosa de ello, y me largo.
Sobre mi mesa descansan dos de mis libros del año que viene: Historia del Mundo Contemporáneo y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales. Son muy gordos. Los hojeo (u ojeo) y veo cosas que me resultan raras, como jeroglíficos enigmáticos que nadie hasta ahora ha podido resolver. Justo por eso me atrae, porque es difícil, y la dificultad me excita. Me recuerdan a la Piedra de Rosetta, a Napoleón, a Carlos IV, a José I, a Goya y a un tal Fernando.
Termina una época, la realidad, el día a día de España de los últimos treinta y nueve años. Y, como siempre que algo acaba, debe haber un nuevo comienzo. Un comienzo incierto en este caso, confuso, indefinido, expectral. La bandera tricolor ondea en alrededor de sesenta puntos en todo el país. Bandera que siempre defendí, pero que ahora no me inspira la confianza que esperaba.
La fecha de hoy saldrá en los libros de Historia de dentro de años. O, como debería de ser pero no es porque los recortes no lo permiten, en el mío del año que viene. O en el dentro de dos.
—Reven
Bayona, 2 de junio de 2014