sábado, 22 de noviembre de 2014
Obra de un Borbón
viernes, 21 de noviembre de 2014
El sueño kantiano
martes, 18 de noviembre de 2014
Perteneciente o relativo a Austria-Hungría
Una vez definidos los bandos, no hay vuelta atrás. Ya no me importa hablar y que me escuchen y por mi opinión pretendan hundirme, porque la libertad es el condicionante universal, igual para todos.
Estoy cansada de permanecer en silencio por miedo a que me oigan y mis palabras puedan ser utilizadas en mi contra. Estoy harta de esta igualdad teórica, pues considero que uno tiene opción a pedir, o incluso exigir, de manera lícita cuando cumple con su deber y su cometido, cuando es responsable y consecuente de sus actos.
O conmigo o contra mí, ya no hay lugar para pacifismo. No quiero ser un Imperio Austrohúngaro provocado y llamado a las armas por el canciller alemán. Aunque todo es cuestión de tiempos: ahora él no tiene ni la más remota idea de en favor de qué está actuando. No tiene idea de nada.
viernes, 14 de noviembre de 2014
Sin palabras
jueves, 13 de noviembre de 2014
Parafraseando a Churchill
Pido palabra y consejo a alguien que sepa qué es activar el chip de positividad al poner un pie en la calle desierta de por las mañanas y, sin embargo, llegar a casa a diario con el corazón arponeado y las ilusiones deshechas en un puño. Diluídas por el ácido que desprende su muñeca durante el día. A quien sepa qué se siente cuando no hay fuerzas. A quien también haya perdido las ganas de despertar y levantarse por las mañanas.
Odio admitir que todo me está desmotivado, pero esa es la realidad. Qué será de mí si, a causa de la falta de tiempo, no importa cuánto estudie, pues jamás me será posible demostrar que me esfuerzo de verdad, que lo doy todo y más por seguir, aunque esa continuidad insana me cueste sangre, sudor y lágrimas. ¿Qué más debo hacer? A fin de cuentas nada es suficiente. Ese es el hecho inmutable que queda demostrado una y otra vez.
En mi cabeza se formó un cúmulo de desesperación que crece sin parar, que me mata por dentro sin que pueda hacer nada. Que me mantiene en una eterna caída por el abismo, sin dejarme ver el final. El final que siento la necesidad de alcanzar al fin.
Siempre pude con todo, pero ¿esto? Esto es demasiado. Echo de menos la época que viví ahí arriba, ansiando la llegada de las letras, el punto de inicio de las carreras oscuras. Quién me lo diría entonces. Aquello nunca debió terminar.
martes, 11 de noviembre de 2014
Umbral 0 de inteligencia; el umbral inteligible
domingo, 9 de noviembre de 2014
Farsa
jueves, 6 de noviembre de 2014
Ludismo
Cada mañana el vil despertador me arranca de la dulzura del mundo onírico, donde puedo ser libre, donde el tiempo es más que suficiente para ser feliz, donde todavía puedo pasar las páginas de un libro y sentir que la literatura soy yo, que su fuego me quema y su esplendor, su comprensión, incluso, me invaden. Y que ningún sueño me está vetado. El pitido desesperante, desconsolador, mil veces repetido me arroja a un lugar sombrío y amargo en el que ni hay espacio ni hay lugar. Ni hay tiempo, ni vida ni ilusiones, y todos los horizontes multiplican por mil miles su lejanía.
Miles de seres inútiles e inhumanos buscan algo, todos abusan de mí, y entre ellos se pelean por robar mi aire, mi esencia, el combustible que me levanta y me anima a continuar, y yo me pregunto: ¿qué estoy haciendo con mi vida?
¿Qué hago aquí y por qué el destino insiste en cebarse conmigo? Día y día pienso con el camino que dejé atrás, el que no me permitieron escoger. ¿Cómo sería mi hoy si ayer hubiese optado por los conocimientos prácticos? Si hubiese utilizado la filosofía como búsqueda de la felicidad y no como otra cosa, ahora esto no me atravesaría como un puñal.
A veces intento llorar, pero con resignación me percato de que ya no tengo fuerzas para eso. Ni fuerzas, ni tiempo, ni vida, ni nada.
Así que, en ver que no puedo hacer nada, me limitaré a interpretar mi papel de máquina, puesto que no soy más que eso. Desde hoy seré la imprenta que el director de la obra quiere que sea, y nada más. De persona me queda mi peso muerto sobre los hombros. Así será hasta nuevo aviso.
Si buscase a un culpable, desde luego, Taylor quedaría absuelto. Me esfuerzo en ser una buena alumna, pero nada parece ser suficiente.