"Dios sabe que estaría dispuesta a arrojarme al fuego por ti. Me atormenta creer que algún día, cuando ya estés muy lejos de mí, no me recordarás."
Me siento idiota cuando descubro qué es lo que de verdad me hace falta: un abrazo. Un abrazo, una caricia, un "yo estoy aquí", un "todo saldrá bien". Esa cosa tan simple que no recuerdo haber tenido nunca. No de la forma adecuada.
"¿Qué se siente cuando solo una persona puede ayudarte?" Ahora lo sé. Ahora, cuando la distancia me separa de él, necesito a otra para salir de allí. De debajo de esos escombros que me asfixian.
Johnny.
Nunca me ha gustado que las palabras se queden en el aire.
—Reven