miércoles, 28 de diciembre de 2016
Sobre Heráclito: tensionalidad dinámica interna vital
martes, 27 de diciembre de 2016
Un reflejo de Cirene
Estoy cansada de cerrar la puerta sin motivo y abrirla por el mero hecho de estar cerrada. Abrirla, sin más. Cerrar los ojos y no ver nada es lo que intento. No ver nada en el fondo de la oscuridad rojiza como tus ojos. Y eso es precisamente lo que veo: el fondo de tus pupilas, que me desrazona y emotiviza en bucle.
La razón sólo aniquila tendencias cuando la segunda persona entra en juego. Cuando apuestas y ganas; cuando ganas y pierdes. A fin de cuentas, la emoción fluye: el caballo negro siempre termina por ganar el forcejeo de pasiones. Y la pasión a veces adicciona.
Si tuvieras que marcharte un día, de repente, en mitad de la noche, salir huyendo sin poder volver, y sólo pudieras llevar contigo aquello con lo que pudieras cargar, a hombros o en brazos, o a aquel que estuviera dispuesto a acompañarte, siempre y cuando corriese a tu misma velocidad... ¿Qué escogerías?
Jugar con el lenguaje me mantiene cuerda. Viva luchar a muerte con y contra la razón.
viernes, 4 de noviembre de 2016
Sobre Empédocles: teoría de los cuatro elementos y las dos fuerzas
lunes, 26 de septiembre de 2016
Rodeada de milenios
lunes, 19 de septiembre de 2016
Madrid, mi Madrid
A lo largo de su vida uno ha de enfrentarse a decenas de miles de despedidas. Lágrimas de finales de verano; abrazos a pecho partido en la estación; viajes y más viajes de ida y vuelta (o no) cargados de buenos deseos, ilusiones y una pizca de nostalgia; historias que terminan para dar paso a otras nuevas; e incluso cada pequeño adiós.
Es curioso... Lo que se siente, lo que se hace... Siempre, caiga quien caiga, se recurre a temas de conversación triviales que tratan de calmar ánimos. Así, fingiendo que el asunto no nos incumbe, que no tiene tanta importancia, soltamos el primer pensamiento cutre alejado de cualquier tipo de emotivismo. Así pretendemos desarraigarnos de la tristeza, si la hubiera (y en este caso la hay, porque esta es de las despedidas largas) y condensar todas las emociones vividas en un último abrazo. Ojalá fuera tan sencillo.
Hoy, queridos lectores, me despido de mi escritorio desde el que durante más de tres años os he contado mi historia. Digo adiós a mi cama, mi pared rosa, mi guitarra, mi póster del cuadro de Klimt, mis lienzos, mis fotos, mi armario y mis peluches de KISS. Hoy me despido de todo lo que hasta ahora he conocido. Mi casa, mi familia, mis amigos. Mi pueblo. Hoy lo dejo atrás, porque da comienzo una nueva etapa, una nueva vida. Un horizonte desconocido que de momento no sé muy bien cómo abordar.
Quisiera daros las gracias por, estéis donde estéis, haber estado ahí, y pediros que os quedéis. Porque yo seguiré escribiendo agonías y barbaridades para vosotros.
-Madrid, mi Madrid. 19 de septiembre de 2016.
domingo, 18 de septiembre de 2016
Camille:
miércoles, 24 de agosto de 2016
Cartas a Madrid
lunes, 22 de agosto de 2016
lunes, 15 de agosto de 2016
Acuarelable
Hace años escribía a la libertad en otras tierras, bajo otros cielos, frente a otros mares. ¿Y hoy? Hoy el cielo ha llovido polvo. Hoy el suelo se ha hecho cenizas. Los ángeles juegan a los bolos haciendo crujir la noche en explosiones eléctricas, los corazones delatan suspiros y las pupilas se ahogan en absolutas verdades.
Hoy la luna se viste de luto porque la magia llega a su fin. Ya las noches de estrellas murieron. Ya no estás aquí. Ya no puedo pronunciar tu nombre, nunca más. Ya te quise, y te vas.
Y se pasa la vida entre causas perdidas.
Y tú, esta vez sí, te vas.
Y yo lloro destellos de acuarela sobre papel mojado. Y la tinta se diluye en mis labios. Se me escurren de entre los dedos las ilusiones.
miércoles, 10 de agosto de 2016
Cartas a Andalucía
miércoles, 27 de julio de 2016
Morir a cada latido
Es cierto que algunas veces la causa deja paso a la casualidad, y en la breve intersección circulan acontecimientos a borbotones. Sin embargo la mayoría de sucesos suceden, y suceder como verbo indica derivar de otro hecho; del porqué. Vamos, que un gran número de veces las cosas pasan por algo: porque tiene que ser así. Porque las acciones y decisiones han creado las circunstancias propicias a que aquello ocurra, y nada más.
Pues bien, la brecha se ha abierto y esto es lo que ha pasado. Casual o causal, qué importa. Dependa o no dependa, lo cierto es que los pasos que he dado en toda mi vida me han traído hasta aquí. Aquí. Ojalá supiera qué significa esto. Me recuerdo a mí misma a una estación de metro (por enésima vez). Los viajeros llegan, descansan unos minutos de múltiples formas (ilusionados, empanados, cabreados, desesperados, esperanzados...) hasta que llega su tren. Entonces lo cogen y se van sin más, a seguir con su vida lejos del bullicio. Y... Ya está. Eso es todo. Eso es la vida: brevedad. Brevedad y una lucha continua por superarla y hacernos universo: universales.
Sea o no sea, esté o no esté, sólo deseo dejar de sumar fotos que me recuerden despedidas. Quiero que eso acabe ya.
Quiero despertares, amaneceres, comienzos, olor a páginas de libro recién impreso. Quiero nacer... Quiero dejar de morir a cada latido.
sábado, 16 de julio de 2016
Lágrimas de acero
Autopromesas
sábado, 25 de junio de 2016
Estoy cansada. Muy cansada. Lo paso todo por alto, y se ha convertido en algo crónico. Pero todo tiene un límite, y hasta la admiración más pura se resquebraja cuando el tiempo que lleva en el umbral de la rendición ya no se puede medir. Porque el ciclo ya ha tocado fin tantas veces como estaba escrito.
lunes, 13 de junio de 2016
Tu fantasma en la nuca
sábado, 11 de junio de 2016
Yo esperaré aquí
martes, 31 de mayo de 2016
Ataraxia y vientos alíseos
Podría cumplirse el eterno retorno: existencias y más existencias sucediéndose de manera constante e inmutable. Corazones rotos, vida sangrante, delirios. Esa será la esencia de la vida por los siglos de los siglos. Al margen del abismo los instantes se congelan, el pecho llora adrenalina y me siento caer por el compás sordo del minuto presente. Ríen desprecios las nubes a las laderas de sotavento castigadas por el cierzo y los excesos de milibares: el fuego eterno la abrasaría de inmediato. Pero a mí eso no me importa. Yo me mantengo erecta y firme, refugiada en la cumbre, entre sol y sombra.
Desde aquí se ven los barbechos. Me recuerdan a las madrugadas. A los reyes de otros tiempos que hace poco me besaron la mano mientas yo lloraba la pérdida. Siempre he odiado las despedidas... Pero esta vez todo es distinto. No deja de brillar una luz en el horizonte.
Otro tiempo, otro lugar... Otro futuro que me espera a la vuelta de la esquina. Siempre.
sábado, 7 de mayo de 2016
¿Qué te pasa, Esther?
<<¿Qué te pasa, Esther?>>
Me pasa es que estoy cansada de empirismos. Peor aún: de empirismos platónicos, que para colmo ni siquiera existen. Eso es lo que me pasa.
lunes, 25 de abril de 2016
Sartre me visitó esta mañana
sábado, 16 de abril de 2016
Espadas como labios La destrucción o el amor
martes, 5 de abril de 2016
Ser mañana
Las farolas atónitas tiritan de asfalto, las bocas de metro lloran. Los pasos de cebra desgarran la armonía, la dejan sorda de amaneceres; la lluvia ácida los empapa de luces impresionistas.
Mis labios tiemblan, tus ojos me abrazan, me pierden en el extremo de la caricia de nubes. El cielo requiebra estrellas pretendiendo hacerlas brillar como cuadros en llamas de compases binarios. Cuadros que trazan tu rostro, tus manos y mi aliento olvidado en la estación. Mi alma, descrita como el extremo de una función limitada palpita de amor, porque es libre. Es. Y es viva de tus labios.
Vida, afirmas que existe un despertar ideal más perfecto que el de haberte vivido. Esta noche vengo a despejarte las dudas. El destino me ha puesto en la mano la inmortalidad y no voy a desperdiciarla dejando de amarte. Porque nunca dejará de ser mañana.
Hasta mañana...
domingo, 27 de marzo de 2016
Y que tus sueños sigan cumpliéndose
A menudo pienso en los instantes de felicidad, en esos recuerdos efímeros que convierten al pasado en un sueño dorado. Siempre viene a mi memoria tu mano agarrada a la mía.
Eres la alegría que cruza las puertas de casa cada fin de semana. Mi infancia, mi adolescencia, el hecho de crecer y seguir creciendo con una sonrisa te lo debo a ti. A ti, a tu cariño y a todo lo que has traído a mi vida, empezando por el primer recuerdo que tengo de lo que es querer, y terminando por las princesas que hicieron realidad el cuento perfecto.
Gracias por tu cariño, tus consejos, tu comprensión incluso ante las ocurrencias más irracionales. Gracias por ser ese apoyo que nunca me ha faltado, esa constante que quiero tener siempre en mi vida. Gracias por ser tú quien me comprende, quien me anima a seguir el camino que yo elija, y no el que me impongan. Gracias, en definitiva, por quererme y protegerme incluso de mí misma.
Feliz cumpleaños. Y que tus sueños sigan cumpliéndose. Te quiero. Siempre te querré.
miércoles, 9 de marzo de 2016
Prosa poética
sábado, 5 de marzo de 2016
El cielo
viernes, 26 de febrero de 2016
Otro viernes cualquiera
sábado, 20 de febrero de 2016
Veintiún folios destrozados
Veintiún folios —ni uno más— destrozados de palabras inertes que no supieron insuflarme vida ni arrancármela al emanar y desembocar en mi mente. Veintiún folios que buscaban plasmarte por primera vez desde tiempos que ya no recuerdo quedaron amordazados por ideas sueltas en algún rincón de mi memoria. Naturalezas simples, naturalezas muertas que todo hombre o mujer podría llegar a comprender. Porque, por mucho que algunos sostengan lo contrario, los hombres intuyen cada suspiro de los labios adecuados...
El resto lo limito a tu alcance, en el sentido más estricto de la palabra. Hazme apta en tus pensamientos y comprenderás, sin palabras, lo mucho que me queda por decir.