martes, 30 de abril de 2013

Reflexiones sobre mi interpretación de la música


Como ya he dicho con anterioridad, por el momento no toco la guitarra, sino que de momento sólo ejecuto el llamado "ruido con intención".
Claro, dentro de esto ya entran las canciones que masacro:
-Stairway To Heaven (la que peor parada sale)
- "Canción Para Lidia"
- Romance Anónimo
- ...y de más que no vienen al caso.

¿Por qué señalo estas tres? Fácil y sencillo:
Lo primero de todo porque son las primeras que me aprendí.
Segundo: cada una me recuerdan a algo o alguien.
         -"Canción Para Lidia" me recuerda a una de mis mejores amigas, Lidia. En realidad no se llama así, pero nunca supe su verdadero nombre, así que yo la llamo así. Escogí ese nombre y no otro porque ella siempre está ahí para mí, siempre lo ha estado, y espero que siempre esté, para todo, como yo para ella. Quería agradecérselo de alguna forma, y, como mis torpes dedos de aprendiz de guitarrista no me permitían realizar un esfuerzo mayor, decidí dedicarle lo primero que aprendí, que a demás me recuerda a ella. Gracias por todo Lidius.    
          - Stairway To Heaven (Led Zeppelin). Aquí mostré por primera vez mi voz en un vídeo (vídeo que sólo ha visto una persona, que yo sepa. Suficiente). Esta canción que me obligó a afinar la guitarra en las notas normales también me hizo sufrir bastante, porque está llena de cejillas, y se me hacía bastante dificil interpretarlas correctamente. No obstante, es una de las más especiales que interpreto, pues con esta canción mi padre me empezó a indicar por dónde estaba el camino que decidí tomar, los sentimientos a través de la música (aunque en realidad entré del todo con KISS). También es especial porque se la dediqué a alguien muy especial para mí (cuyo nombre no voy a dar). En cualquier caso, es suya porque le prometí que lo sería, porque él me anima en los días malos y hace de mis buenos días los mejores, y porque, aunque me esté haciendo perder la cabeza, no me importa perderla si es así.
          -Romance Anónimo. Otra de las más especiales para mí. Esta canción representa TODO lo que es para mí la música, y todo lo que esta ha traído consigo, que no ha sido poco. En parte, gracias a ella estoy aprendiendo a aceptarme, y no sólo a eso, sino a gustarme y saber sacar lo mejor de mí.

Nadie nace enseñado, por lo tanto, yo no soy ninguna gran guitarrista, pero confío en que iré mejorando con el tiempo. Porque además, lo importante no siempre es la melodía que suene, sino la que va por debajo, la que se siente al tocarla.
                                                                                                                           —Reven.

Una (simple) historia de amor

Este fue el primer libro que me leí este curso (empecé desde abajo, evidentemente).
La historia no es demasiado creíble.
Cuenta la historia de dos adolescentes desconocidos que quieren independizarse a toda costa, y para conseguirlo recurren a trabajos de lo más extraños, y a los que el destino, sin duda hará encontrarse.
¿Qué fácil, no? Y qué bonito... Aunque miento; sí, su encuentro se produce de la manera más fácil imaginable: por "casualidad", en un cine (y más veces, por supuesto). Su encuentro es fácil, pero el camino que tienen que recorrer hasta conseguirlo no lo es para nada.
Lo pasan mal, sí, pero consiguen encontrarse.
La protagonista me cae muy bien, no sólo por su forma de ser y por los ovarios que le hecha a la vida, también por compartir una afición conmigo: tocar la guitarra, o al menos fingir que la tocas, como es mi caso, que de momento sólo ejecuto el llamado "ruido con intención".
Pero, como se dice en este pupurrí de sociedad, la intención es lo que cuenta, y eso estoy segura de que sí se nota con grave claridad.

                                                                                                                                     —Reven.

Presentación

No sé si serán muchos los que lleguen a leerme. De hecho, no sé si será alguno, pero la verdad es que no me importa demasiado.
Mi vida se resume en pocas palabras: dolor, dulce dolor.
Mi fiel compañera es mi guitarra. Otros dirían que está enteramente desafinada, yo no. Para mí todas sus cuerdas están afinadas un semitono por debajo de lo que deberían. Al principio lo consideraba algo normal, pero le pregunté a mi profesora de música y me dijo que no tenía nada de normal, así que es algo mío, y punto. 
Adoro leer, sobre todo libros de drama adolescente, porque normalmente los protagonistas me entienden. Aunque mi profesor de lengua me los ha prohibido, así que ya veis, para algo bueno que tenía amenazan con quitármelo, qué asco.
Dibujar es mi segunda vida. Quizá mi mayor sueño sea dedicarme a las Bellas Artes, pero por motivos de salud me es casi imposible. Sueño perdido.
Mi otra vida es la música, pero no hacer música, que también (cosa que por el momento no está a mi alcance), sino escucharla, sentir no solo la letra o el ritmo, sino lo que ha querido decir quien la compuso, y cómo se sintió al hacerlo.
Mi grupo favorito: KISS.
Aunque parezca lo contrario, suelo ser bastante optimista, tanto que a veces me toman por tonta. En esta vida hay mil cosas que duelen y hacen daño, pero tenemos que saber combatirlas, por eso sufro, pero sufro sabiendo que pronto dejaré de hacerlo, o eso espero. 
Sí, también me consideran loca (de ahí el desorden de mi primera entrada). Ya solían decírmelo, pero últimamente mi locura se ve en aumento. ¿Casualidad? ¿A caso existen las casualidades? 
Piensalo.

                                                                                                                                —Reven.