viernes, 31 de octubre de 2014

Yo te buscaré, te encontraré...

Recuerdo el 31 de octubre de hace justamente un año. Yo estaba feliz, muy feliz. Y cómo no estarlo, si el destino me tenía reservada la fortuna de volver a escuchar su voz. De escucharla por última vez...
En otras circunstancias, en las de entonces,  por ejemplo, hubiera elaborado un salmo perifrástico en honor a su mirada, su voz, su mano izquierda, sus pasos a través del pasillo o el simple temblor que su recuerdo me produciría. Pero estoy demasiado cansada como vacilar en la disputa entre Dee Dee y el tiempo. Demasiado agotada para pensar más.
No está. Se fue, y los daños colaterales aún me persiguen.  Daños, fundidme con el pasado que no volverá, pues de irreversibles, me quitásteis la capacidad de vivir sin vuestra dolorosa influencia.

Estés donde estés, no desaparecerás de aquí. Y ya no puedo continuar.

jueves, 23 de octubre de 2014

Sobre Platón y sus dos mundos

Hace tiempo me preguntaba si eso de <<amor platónico>> hacía referencia alguna a Platón. El filosofo desgajaba la realidad en dos mundos: el mundo de las ideas y el mundo sensible. En el primero reside la verdad auténtica, la inmutable, el sentido de todo. Mundo que, por desgracia, nos está vetado y, con ello, viviremos eternamente separados de la sabiduría suprema. Es cruel y muy triste ver como el sueño de los liberados les fue arrancado incluso antes de existir. 
El mundo sensible, en cambio, es el que habitamos. Su nombre proviene de la captura de sensaciones que los órganos del hombre son capaces de llevar a cabo, siempre utilizando sus recursos —que, aunque escasos, bien aprovechados son más que suficiente— al máximo. Sin embargo, no parece albergar ningún atisbo de realidad. Es decir, lo que vemos no es lo que hay, sino lo que creemos ver: sombras proyectadas de la auténtica verdad. Esa musa que sin piedad dibuja su silueta sobre una pared y nos invita a perseguirla, pero nunca está donde vimos la solidez de sus caricias. 
Aristóteles, no obstante, reniega de todo esto. Al parecer la realidad ya es lo suficientemete complicada como para seguir hurgando y pretender atar los miles de cabos sueltos. Por lo que a mí respecta, solo sé que lo que parece ser, no es lo que parece, y que verdad y realidad no siempre caminan de la mano. 
En cuanto al tiempo... ¿qué se puede decir del tiempo? Que me separa de aquellos que fueron hechos de mi misma pasta. Hoy los estudio, los hago revivir con el recuerdo, que parece ser lo único capaz de conectarnos nuevamente, como alguien me enseñó. No obstante está claro que ese alguien jamás reconocería su mérito, porque es así. Aunque también es cierto que nunca se lo he confesado abiertamente. Pero la persona en cuestión, es muy inteligente, y sé que sabrá darse por aludida. O eso espero. 
A todo esto venía diciendo algo que ya no recuerdo. Regresará a mi mente, espero. Y si no, permanecerá para siempre en el unido de las ideas, pues ya jamás podré tener acceso a ello.
 
Y ahora, ante el sentimiento inevitable, me deshago en recuerdos.

martes, 21 de octubre de 2014

(Sin)sentidos

Existe un pánico extendido por toda la tierra. Espolvoreado sobre ella, hace miles de millones de siglos, como si de canela se tratase: dulce y peligroso. Al borde del abismo, es el culpable del irresistible vértigo que nos hace palpitar rebosantes de vida, justo antes de caer.
 El choque de polos opuestos es inminente, eso está claro. El término <<luz>> no tendría sentido si la oscuridad dejase de perseguirnos, acecharnos, incluso de llamarnos, atraernos, seducirnos hasta volvernos aún más perversos de lo que la propia naturaleza quiso para el hombre.
El pánico a la multitud, el miedo al vacío, que me hiere y a la vez es lo único capaz de sanar mi alma enjuta. El estallido es más potente que el estruendo de mil cañonazos. Igual que ocurre cuando amor y odio se igualan. 
La paradoja es odiosa, y también inevitable. Que nuestro objetivo sea la felicidad estando condenados al odio y el miedo. El odio y el medio son los  motores de la Historia, y el amor a la Historia me hace palpitar. Vuelta a empezar. Vuelvo a celebrar mis delirios y locuras antes de precipitar en mi propio destino, que todavía no sé si de verdad está escrito en mi realidad o soy yo la que redacta sus pasos sin saber de dónde viene. Sin saber adónde va.

domingo, 19 de octubre de 2014

Leyes

Las leyes no existen para hacer perfecto y armonioso un mundo caótico y desigual. Un mundo ruidoso e impaciente, sumido en la disyuntiva entre progreso y tradición, partido en dos, en cuatro, en ocho partes, y cada vez más. Un mundo de miles de ideas. Un mundo de libertad. 
Pero en todas partes la libertad parece estar vigilada, controlada y oprimida. En contra de lo que muestran las apariencias, nada de esto es culpa del dinero, sino del poder de control que ejerce sobre las personas. Si bien es cierto que rico es el que lo tiene en abundancia, también lo es que a las personas más pobres les sobra. Porque no hablo de desfavorecidos, sino de pobres de espíritu. Pobre el que compra a las personas y pobre el que se autoproclama adquirible. 
Pobres todos aquellos que compran su inocencia, que compran la justicia. Y pobre la justicia por dejarse hacer. Pobre de mí por creer que puedo cambiarla, pero me compadezco aún más del que lleva un <<imposible>> por bandera, y se rinda sin luchar.

jueves, 16 de octubre de 2014

"La liberté consiste à pouvoir faire tout ce qui ne nuit pas à autrui."

Este dolor que me desnuda 
por haber tenido tu nombre en mi piel 
y esas llanto que te destroza 
son mis razones, por encima de todas las flotas.
A pesar de todo, los rifles nos vigilan.
Cerca de nosotros, los estandartes no vacilan.
Y después de todo, nada de eso importa.
Todo irá bien, irá bien para siempre.
Todo irá bien. Olvidaremos los cañones.
Sobre cada muro escribiremos
nuestro juramento de libertad.

Bastille, 1789: Liberté. 



viernes, 10 de octubre de 2014

El espacio disponible

Normalmente uno sabe quién es y tiene constancia de cómo es: de su tamaño, su peso, su tono de piel... Pero eso no es suficiente. Si nacimos para habitar el mundo, ¿qué parte ocupamos de él? 
Mi extensión ocupa el espacio cedido a mi cuerpo Es decir, que yo soy yo desde la cabeza hasta los pies. Sin embargo el subconsciente y el yo no corpóreo son algo totalmente distinto y como todo, debe tener su espacio, aunque ignore completamente cuáles sean sus dimensiones.
En cualquier caso lo corpóreo cuenta con fronteras que lo delimitan. No obstante, lo demás, eso dudo que conozca límites. Con lo cual, el espacio disponible es el mismo para todos y, dado a que no son sólidos, pueden entremezclarse. Decirlo de otra forma sería afirmar que el medio no nos pertenece, que no pertenece a nadie, y ben es cierto que,  a su vez, pertenece a todos. Por eso no respetar el área que alguien ocupa en un determinado momento, significa oprimir de manera directa a la persona.
Y eso significa ser libre: vivir sin límites, hasta la máxima plenitud de la persona siempre y cuando la acción propia no dañe o perjudique la libertad de otro. 

¿Es lícito incidir en la libertad de quien no ocupa tus límites por el beneficio de un colectivo? A mi parecer, no. Al de los de arriba, parece ser que sí.

lunes, 6 de octubre de 2014

Tercer Estado

Los opresores adquieren cadenas a diario, más y más eslabones colocan alrededor de las muñecas del pueblo sin que este pueda hacer nada. Sin dejarle decir nada.
Dicho quedó por los siglos. En 1789 los monarcas franceses contaban con apoyo austriaco. Eso no cambia. Parecen justificar su comportamiento con un "ya pasará", un "aguanta", un "no lo podemos cambiar". Una excusa cualquiera que invierte la situación y le hacen a uno parecer el débil, el que exagera, el que debe callar porque no tiene derecho a desear el progreso, o porque lo que dice no resulta realista para algún privilegiado de alto rango en esta sociedad. Pero yo no aguanto más.
Que no os engañen. Lo que buscan es silenciar la verdad por no levantar ampollas en sus manos o en las de aquel que desea luchar contra lo que no es correcto. Y muere nuestra libertad.

"Por el rey Fernando VII, vencer  morir." Y luego vino la Década Ominosa.

viernes, 3 de octubre de 2014

La Bastilla

Todo el mundo habla de quererse a si mismo, de tolerarse, de amar lo que se tiene y lo que no. De saber vivir con ello. 
Muchas veces hablo desde un punto de vista demasiado subjetivo hacia mi persona, sin querer aceptar lo que realmente tengo, lo que realmente soy, y es desesperante. Uno no sabe lo que es estar desesperado hasta que está harto de mirar a ninguna parte esperando encontrar la chispa que lo hará seguir, que lo hará volver a brillar como una estrella del cielo, porque parece que jamás aparecerá. Pero un día aparece. 


Ça ira, mon amour.