martes, 31 de mayo de 2016

Ataraxia y vientos alíseos

Han pasado tantas cosas desde la última vez... La realidad ha echado por tierra sus cimientos. Mi realidad. ¿Qué es la vida?, ¿qué es la muerte?, ¿qué es la felicidad? El pavimento llora ataraxia y yo resbalo en sus sollozos. La tarde se desmaya de vientos alíseos. Resulta tan divertido... Tan escalofriantemente gracioso y adorable...
Podría cumplirse el eterno retorno: existencias y más existencias sucediéndose de manera constante e inmutable. Corazones rotos, vida sangrante, delirios. Esa será la esencia de la vida por los siglos de los siglos. Al margen del abismo los instantes se congelan, el pecho llora adrenalina y me siento caer por el compás sordo del minuto presente. Ríen desprecios las nubes a las laderas de sotavento castigadas por el cierzo y los excesos de milibares: el fuego eterno la abrasaría de inmediato. Pero a mí eso no me importa. Yo me mantengo erecta y firme, refugiada en la cumbre, entre sol y sombra. 
Desde aquí se ven los barbechos. Me recuerdan a las madrugadas. A los reyes de otros tiempos que hace poco me besaron la mano mientas yo lloraba la pérdida. Siempre he odiado las despedidas... Pero esta vez todo es distinto. No deja de brillar una luz en el horizonte. 
Otro tiempo, otro lugar... Otro futuro que me espera a la vuelta de la esquina. Siempre. 

sábado, 7 de mayo de 2016

¿Qué te pasa, Esther?

<<¿Qué te pasa, Esther?>>
Me pasa es que estoy cansada de empirismos. Peor aún: de empirismos platónicos, que para colmo ni siquiera existen. Eso es lo que me pasa.