sábado, 29 de agosto de 2015

El grupo de Marco

Llego tarde. Es lo único en lo que puedo pensar. Las calles están desiertas, hace frío, se escucha el viento como principal armonía y de fondo, como acompañamiento, el compás del rock de los ochenta retumbando en las esquinas.
Al llegar a la Plaza Mayor un par de crias me miran con mal gesto. A ninguna les atrae la idea de entrar al concierto por la simple razón de que allí no llamarían la atención debido al volúmen de la música.
Desde la puerta de entrada se ve el pelo rubio del bajista moverse con la rabia propia del ritmo. Detrás del teclado hay una mata de pelo moreno ondulada, encrespada, enmarañada... Como el suyo. El miedo me puede y dudo dos veces si entrar.  Pero me armo de valor, y el espejismo se desvanece. Ya puedo disfrutar de la noche, de la música, el frío y Alice Cooper. Otra vez. Aunque todo este mundo sigue recordándomelo.

lunes, 17 de agosto de 2015

Y a este, amigo, llamaste nuestro final

Conoces de sobra la energía que fluye a tu alrededor, y crees tanto como yo en los universos cíclicos; en los bucles temporales que confunden hasta los puntos cardinales. Una vez más ves tu sombra triunfal regodearse por las esquinas, elevas la cabeza sobre cada hombro y olvidas el lado negativo del éxito. Me alegro, te lo prometo, me alegro mucho por ti. Pero no por olvidar y entornar los ojos para crear un mundo borroso desaparece la realidad. Te deseo suerte el día que el bucle te los abra de nuevo. 

martes, 11 de agosto de 2015

La refranera

Había sangre en el suelo, en las esquinas, en las paredes. Las verjas tiemblan de calor y vida, y en los cristales se reflejan girasoles acurrucados y somnolientos. 
Cuatro palomas cruzan el cielo de las doce en punto y a lo lejos se escucha a un árbol cantar. Se cierran las puertas de las casas modernamente refrigeradas, y los rayos del sol retumban en los tejados de las casas antiguas.
El mundo gira y ya no existen más balcones flotantes. Sobre la tierra se evaporan los sauces y en mi cabeza se arremolinan los pensamientos paganos. Y nada deja de girar.