viernes, 10 de octubre de 2014

El espacio disponible

Normalmente uno sabe quién es y tiene constancia de cómo es: de su tamaño, su peso, su tono de piel... Pero eso no es suficiente. Si nacimos para habitar el mundo, ¿qué parte ocupamos de él? 
Mi extensión ocupa el espacio cedido a mi cuerpo Es decir, que yo soy yo desde la cabeza hasta los pies. Sin embargo el subconsciente y el yo no corpóreo son algo totalmente distinto y como todo, debe tener su espacio, aunque ignore completamente cuáles sean sus dimensiones.
En cualquier caso lo corpóreo cuenta con fronteras que lo delimitan. No obstante, lo demás, eso dudo que conozca límites. Con lo cual, el espacio disponible es el mismo para todos y, dado a que no son sólidos, pueden entremezclarse. Decirlo de otra forma sería afirmar que el medio no nos pertenece, que no pertenece a nadie, y ben es cierto que,  a su vez, pertenece a todos. Por eso no respetar el área que alguien ocupa en un determinado momento, significa oprimir de manera directa a la persona.
Y eso significa ser libre: vivir sin límites, hasta la máxima plenitud de la persona siempre y cuando la acción propia no dañe o perjudique la libertad de otro. 

¿Es lícito incidir en la libertad de quien no ocupa tus límites por el beneficio de un colectivo? A mi parecer, no. Al de los de arriba, parece ser que sí.

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