martes, 1 de octubre de 2013

El matiz

Maldita sea la hora del recreo de hoy.
Sentada frente a la puerta del patio, distraída, fingiendo escuchar a Mary pero absorta en mis pensamientos. Viendo a gente pasar... ¿hacia dónde irían? No tengo ni idea, y tampoco es que me importase. Sintiendo los minutos pasar cruelmente. Cada vez faltaba menos para que sonara el timbre y yo entrara a Historia. Me gusta esa asignatura, es de las más interesantes que tengo este año. 
Ni un sólo color. Todos en blanco y negro y las ideas grises. Nada que mereciera la pena ser atendido. 
De repente algo cambia, percibo un matiz de color en el aire. Algo ha cambiado... Ya no se escuchan todas esas voces monótonas que nunca dicen nada. ¿Qué es? ¿Qué color ha indagado en la grisácea escena? O mejor dicho: Quién podría ser. 
Un espasmo me saca de mi ensimismamiento. Ahora sí, ahora lo oigo. ¿Dee Dee? ¿Eres tú, Dee Dee? ¿Vienes para devolver el color a mi mañana? ¿Para devolverle a mi vida ese cálido matiz que la caracterizaba cuando tú estabas aquí? 
Me levanto, corro, ando. Corro andando, ando corriendo, quién sabe. Miro en cada despacho, en cada aula, en la biblioteca... Te busco por todos los lugares en los que te podría encontrar. Pero tú no estás. El blanco y el negro te han absorbido de nuevo. O quizá lo hayan hecho con mi mente.  
Fantasía o realidad, el sonido de tu voz me ha confundido. Y lo peor es que mientras no sepa nada más de ti, mientras no vuelva a tenerte en frente, mi ilusión seguirá confundiéndome, y tu recuerdo obsesionándome. 

                                                                                                              —Reven

No hay comentarios:

Publicar un comentario