Al margen de los hechos; siempre queda algo que añadir.
A veces es inútil tratar de escapar de la incertidumbre, del bullicio que grita verdades inaudibles. Sabe que está ahí, pero no cómo, ni cuánto va a durar. Y eso es a lo único que uno puede agarrarse.
Otras, en cambio, el silencio susurra las respuestas a tantas preguntas arrojadas al viento, y es el eco de su voz cuanto se puede escuchar. Aquello que es cierto, y se sabe sin saber por qué. Que vuelve, una y otra vez, que llegará algún día. Sí, algún día. Si acaso lo olvidara, recuérdamelo. Tantas veces como sea necesario, hasta el final. Hasta el último punto y final, que resulta ser el último suspiro.
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