Si en algún lugar el ayer regresa y las palabras cobran otro significado, es aquí, bajo la luz sombría del Entierro del Conde de Orgaz. Sobre su lápida, que yace a sus pies desde hace siglos.
El
reflejo del Alcázar despierta en mí un cálido nerviosismo. De repente
noto enrojecerse mis mejillas. Como pasó aquel día, cuando salí de casa,
dispuesta a comerme el mundo, o a que él mismo me tragarse. Una
punzante ráfaga de aire caliente empeora mi dolor de cabeza debido al
cansancio. Siento que me mareo al mirar nuevamente el río. Entonces
vuelvo a encontrarme con sus ojos. En un pasado tres de septiembre, en
el cual los miré por última vez.
Las cientos de fotos
fruto de este viaje me recuerdan una otra vez mis grandes ambiciones.
Y, junto a ellas, vienen impresos los recuerdos de años atrás. Dee Dee,
en ellos apareces tú por todas partes. Hoy no puedo evitar pensar en ti,
en que hace un año que mantuvimos nuestro último cara a cara.Pero jamás el definitivo.
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