miércoles, 18 de diciembre de 2013

Las columnas de El Prado

Esta vez sí ha sido cansancio agotados, del que revienta el alma en vez del cuerpo. Ni una sola queja de dolor ha acudido a mis labios hoy. Sin embargo el otro día no estaba cansada. Tampoco tuve frío, a pesar del vaho emergente de mi boca. Hoy el sol más ardiente me congelaba la sangre en las venas y las lágrimas en los ojos.

Recorrer nuevamente todas esas calles me ha hecho pensar. Sin quererlo me he percatado de algo importante. Ahora sé lo que hace a Madrid mágica. 

                                                                                                               —Reven

No hay comentarios:

Publicar un comentario