lunes, 25 de abril de 2016

Sartre me visitó esta mañana

Me encuentro en una época de tránsito entre dos visiones del arte, o más bien entre dos modos de disfrutarlo. Me preguntaba por qué me costaba la cordura terminar un libro desde hace tantísimo tiempo, siendo que antes los devoraba uno tras otro sin cansarme nunca. Mi mente me dicta conquistas e invasiones irracionales de todo pensamiento de libertad; pero yo no me siento libre. 
Una etapa contemplativa de mi vida luchaba por cerrarse en contra de mi consciencia, mi corazón y sus deseos, y finalmente lo hizo, sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. Ahora, más que nunca, más que nada, mi subconsciente, mi psicología me inducen la apetencia de crear. Me empujan a la necesidad de escribir luces y sombras, pintar alaridos eróticos. Dibujar voces, redactar madrugadas, narrar miradas y estallar en latidos. Esta es la pura esencia de mi actual voluntad, o involuntad, más bien, porque adoro contemplar... Y nunca seré libre sin poder elegir admirar e idear al mismo tiempo.

sábado, 16 de abril de 2016

Espadas como labios La destrucción o el amor

Me pregunto si lanzarme a este mundo es lo acertado, y si no terminaré por volverme loca. Pero es tiempo de experimentar. Aquí voy... 

La literatura es la herramienta que nos ajusta a nuestras circunstancias, y como estas nunca son las mismas, cada uno se siente atraído por el pensamiento que mejor define las suyas, que dependen, como todo, de su contexto. Porque no existen los sentimientos idénticos. Porque no hay dos personas iguales.
Esta es ahora mi vida. Esta soy yo, y esta es mi circunstancia. 

Gracias, Nacho, por la edición del vídeo y por todo lo demás. 

martes, 5 de abril de 2016

Ser mañana

El calor absoluto empañaba las ventanas, los frascos de perfume de los estantes y los relojes. La llama de una vela, confundida, inconstante, relata el instante de un enigma sin fin.
Estoy ansiosa, impaciente. Las horas pasan infinitamente deprisa, pero a la vez el tiempo parece haberse detenido. En la calle se escuchan los ojos reflectantes de madrugada que vigilan lo ausente. Gritan las voces de todas las plazas que soportaron el peso de mis huellas. Gritan las sombras, la oscuridad dormida que ayer cantó las sonatas perdidas, muertas en gargantas heladas por el beso. Se funden... 
Las farolas atónitas tiritan de asfalto, las bocas de metro lloran. Los pasos de cebra desgarran la armonía, la dejan sorda de amaneceres; la lluvia ácida los empapa de luces impresionistas. 
Mis labios tiemblan, tus ojos me abrazan, me pierden en el extremo de la caricia de nubes. El cielo requiebra estrellas pretendiendo hacerlas brillar como cuadros en llamas de compases binarios. Cuadros que trazan tu rostro, tus manos y mi aliento olvidado en la estación. Mi alma, descrita como el extremo de una función limitada palpita de amor, porque es libre. Es. Y es viva de tus labios. 
Vida, afirmas que existe un despertar ideal más perfecto que el de haberte vivido. Esta noche vengo a despejarte las dudas. El destino me ha puesto en la mano la inmortalidad y no voy a desperdiciarla dejando de amarte. Porque nunca dejará de ser mañana. 
Hasta mañana...