domingo, 27 de marzo de 2016

Y que tus sueños sigan cumpliéndose

A menudo pienso en los instantes de felicidad, en esos recuerdos efímeros que convierten al pasado en un sueño dorado. Siempre viene a mi memoria tu mano agarrada a la mía.
Eres la alegría que cruza las puertas de casa cada fin de semana. Mi infancia, mi adolescencia, el hecho de crecer y seguir creciendo con una sonrisa te lo debo a ti. A ti, a tu cariño y a todo lo que has traído a mi vida, empezando por el primer recuerdo que tengo de lo que es querer, y terminando por las princesas que hicieron realidad el cuento perfecto.
Gracias por tu cariño, tus consejos, tu comprensión incluso ante las ocurrencias más irracionales. Gracias por ser ese apoyo que nunca me ha faltado, esa constante que quiero tener siempre en mi vida. Gracias por ser tú quien me comprende, quien me anima a seguir el camino que yo elija, y no el que me impongan. Gracias, en definitiva, por quererme y protegerme incluso de mí misma.
Feliz cumpleaños. Y que tus sueños sigan cumpliéndose. Te quiero. Siempre te querré.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Prosa poética

Ha pasado mucho tiempo desde que llegaste a mi vida. Miles de historias y movidas en la aventura de conocerte y dejarte entrar en mi burbuja y aún resuenan en mi cabeza versos y versos. Resulta curioso de que solo haga unos cuantos siglos desde que se escribieron y a mi corazón se le antoje que existen desde que el mundo es mundo. Lo mismo que le pasa con tus ojos. Debe ser porque aquello capaz de tocar el alma carece de mortalidad, y yo lo sé, a diferencia de muchos. Pero, eh, que esto sea un secreto entre tú, yo y el umbral de lo infinito. Porque aunque otros lo desmientan, yo seguiré creyendo en Nietzsche y su eterno retorno. Porque hoy volvemos a estar aquí. 
Ya lo decía Bécquer de sus golondrinas, Machado de sus caminos, Manrique de sus afluentes, y tantos otros autores a los que esta noche recito sin necesidad de papel. Volverán las oscuras golondrinas; el que lo ha probado, lo sabe. 

sábado, 5 de marzo de 2016

El cielo

Hace un año volvía de recitar poemas frente a la puerta de la casa de Lope. Comentarlos en voz alta en la busca de profundizar en el misterio del asesinato del Conde de Villamediana fue tan solo una de las miles de emocione que experimenté aquel día.


Pasé los golfos de un sufrir perdido,
y piélagos de ofensas he surcado,
de enemigos impulsos agitado,
de poderosas olas impedido.

Hoy, pues, menos quejoso que advertido,
de esperanza las velas he animado,
y debo a mi noticia haber tomado
en mar de sinrazón puerto de olvido,

donde ya en dar benéficos alientos
a la violenta fuerza me libraron
del tiempo airado y de contrarios vientos.

Ya engañosas sirenas me dejaron
porque la falsa voz de sus acentos
mis diamantes oídos no escucharon.

[Don Juan de Tassis y Peralta]



Te recuerdo como a la luna: brillante, en mitad de un mar de estrellas e inmensidad... Y ahora te siento más a mi lado que nunca, tan cercano en la distancia como aquel instante en el que tus brazos y el cielo azul me protegían del frío y del miedo. Ahora yo soy quien quiere cuidarte. Ahora tú eres mi vida.