Tras cierto tiempo transcurrido (desde la última vez) vuelvo a sentir el vacío que deja un adiós. Vuelvo a sentirme dolorida, vuelvo a recordar mi camino fijado por el horror vacui (aquel que él me enseñó).
Afligida,
derrotada, delirante ante el regreso al laboratorio cada lunes, cada
martes, cada jueves. Me refugio en las figuras de mi "horror", tratando
de recordar mi impotencia ante aquellos huecos infernales, aparentemente
imposibles de rellenar. Siempre pude superarlos (a veces con su ayuda, otras por mí misma). Tratando de salir de allí.
Por
otro lado me sientro frustrada por no poder mostrarme enteramente, tal y
como soy, delante de quien me gustaría. Algo que detesto es no poder
ser yo misma estando con ciertas personas. Quizá por miedo, tal vez por
inseguridad o por simple prudencia, qué más da.
Quiero
hablar con mis palabras (las auténticas, no las de mentira), las que
escriben esto, las que me componen. Quiero dejar de hablar con la mirada
para hacerlo con la boca, como si fuera normal (como si pudiera cambiar
lo que soy)...
—Reven
No hay comentarios:
Publicar un comentario