Greg ahora es feliz y yo me alegro por él. No por mí, pero al menos uno de los dos ha conseguido escapar del otro y ser feliz. Yo en cambio sigo atrapada en sus redes. Pero tampoco quiero romper esas cadenas, como diría Alice Cooper.
Los Ramones siguen ayudándome como pueden, aunque me recuerden a Dee Dee. Su recuerdo es dulce después de todo.
Y al fin llegó, la oportunidad que esperaba. Una ligera oportunidad de conocerlos. Al menos de verlos, a KISS. De encontrarme con Alice y con Frances al fin.
KISS lo tendría fácil si estuvieran en mi situación. Se
maquillan y listo. Se pondrían su base blanca que no deja traspasar ni un solo
rasgo del color de su piel y ni siquiera se notaría si minutos antes habían
estado llorando o rotos de dolor. Sólo se vería su cara blanca, y su sonrisa
dibujada con pintalabios que parecía indicar que siempre les iba bien.
Sí, me hubiese gustado ser una KISS en ese momento de mi vida.
—Reven
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