viernes, 12 de julio de 2013

A Eric Carr. Happy birthday, Fox.

"Escucho el viento silbar desde mi ventana. Cada aullido, cada susurro me trae las palabras mudas de tu nombre, la melodía callada de tu voz."
Hace años que el tiempo dejó de hacer mella en tu rostro. Me sitúo en aquel pasado 12 de julio de 1950. Tú lloras, como todo niño que acaba de llegar al mundo. Todos a tu alrededor sonreían sin saber aún cuántos millones de sonrisas más causarías en un futuro a gente que ni siquiera tuvimos la oportunidad de mirarte a los ojos.
Ahora miro cuarenta y un años después, el 12 de julio de 1991. Tú eres feliz con tu familia y tus amigos, a pesar de todo. Tú sonríes y haces que los demás sonrían. Tú eres travieso y te escapas de tu habitación. Tú sales a escondidas del hospital para tocar. Para cumplir tu sueño hasta tu último suspiro, como lo hiciste desde que esa batería llegó a ti. A tus manos. A tu vida.
Tú aparentas ser un niño. Tu estatura miente. Tú eres grande.  Tú eres un hombre grande.
Sí, es cierto. Tú ya no cumplirás más años. Pero, ¿a caso algo que es eterno se puede contar? El número de números existentes es infinito. Como tú.
La última canción que grabaste (que "casualmente" es una de mis favoritas) es "God Gave Rock N' Roll To You". Y es cierto, Él te lo dio a ti y tú me lo trajiste a mí. Hoy está en mi vida por ti.
Tú me trajiste este nombre, que fue elegido para mí. Por ti soy Reven Carr. Gracias a ti nació esta valiosa parte de mí, la que grita al mundo lo que pasa por el circo psicótico de mi mente: la mente de Jennifer.
Pero tú lo sabes todo de mí. Tú sabes quién soy. Tú sabes cómo soy. No me hace falta gritarte nada.
El Zorro marcó mi mente y mi persona. Y, ¿por qué no? También mi corazón. Mi corazón envenenado.
Ya lo dije una vez, pero no me importa volver a repetirlo:
Eric, the Fox forever.
Gracias, pequeño Caesar.  

 


                                                                        —Reven

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