sábado, 25 de junio de 2016

Estoy cansada. Muy cansada. Lo paso todo por alto, y se ha convertido en algo crónico. Pero todo tiene un límite, y hasta la admiración más pura se resquebraja cuando el tiempo que lleva en el umbral de la rendición ya no se puede medir. Porque el ciclo ya ha tocado fin tantas veces como estaba escrito.

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