miércoles, 20 de agosto de 2014

Mamá

A veces parece que la realidad estã ahí. Que las cartas fueron puestas sobre la mesa hace tiempo, y uno se siente inútil por no haberse percatado de los hechos veraces.
Hechos... Los hechos son el contenido de la trama impenetrable.

En un mundo mal repartido es difícil esperar que la suerte camine de tu parte. Sin embargo es fácil confiarse. Es fácil perjudicar y difícil ser fuerte. Y el dolor es mayor cuando el perjuicio ataca a los inocentes. A los realmente buenos. Porque, en esta guerra de tres bandos. sí puede hablarse de buenos y malos...

Con el choque de intereses llegan también las alianzas. Más odios, más ira, más daño innecesario. Así ocurrió hace años, allá en Vietnam y Afganistán (el llamado Vietnam soviético), como aconteció en Corea: avance rojo, remontada azul, todo para volver a la situación inicial. Solo que, fuera del mapa político, la geografía reveló el mismo tinte oscuro de sangre seca sobre la tierra. Herir por herir, y ya está. Luego dirán que somos el ser superior, qué creído nos lo tenemos.

Puede que los ricos siempre ganen la guerra y sea el pueblo quien termine pagando las consecuencias dentro de esta Guerra Fría. Pero también quedó dicho que a todo cerdo le llega su San Martín. 
 Los pobres tienen una única ventaja: saben cuándo se les quiere por ellos mismos. Cuándo se les quiere de verdad. Y yo cambiaría el mundo para ti.

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