Redacciones... Una pequeña forma de coartar la libertad de redacción.
Les tengo mucha manía a las redacciones. Por un lado me gusta escribir, por otro me gusta defender mis posturas y opiniones, pero a pesar de ello odio hacer redacciones. Por norma general, los temas que se proponen me parecen interesantes y me gusta que se traten en clase. Lo que no me gusta es que alguien rija tus criterios de redacción, te diga cómo argumentar y te imponga una extensión.
Mi odio aumenta si además tenemos que apoyarnos en información previamente buscada. Odio basarme en las ideas o escritos de otro. Casi siempre acabo odiando durante cierto tiempo con toda mi alma el tema en cuestión. Y eso que a mí me gusta defender mis ideas pero ¿y a los que no les gusta? En ciertas ocasiones no veo útil que una panda de adolescentes-críos escriban vete tú a saber qué sobre cosas que ni les importan ni les van a importar nunca (digo a veces porque otras es necesario).
Qué feliz me haría que llegase un hermoso lunes inesperado (¿hermoso? ¿Lunes? Quizá ese lo fuera) y el profesor nos dijera: "Para esta semana vais a escribir una historia. ¿Tema? Libre, por supuesto. ¿Extensión? La que cada uno considere apropiada."
No esperes que
encuentre las palabras adecuadas cuando tienes
a mi imaginación encerrada en una jaula más pequeña que ella. Sin
libertad no puedo sentir, y sin sentir soy incapaz de escribir.
—Reven
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