lunes, 22 de agosto de 2016

Ya falta poco. Aquí estoy, a menos de un mes de mi nueva vida, y sólo veo nuevos retos a los que enfrentarme, nuevas experiencias, nuevas metas que alcanzar. 
La habitación está patas arriba: pinceles, trapos manchados con veinte mil colores, tubos de pintura al óleo... El fuerte olor a trementina es peligrosamente adictivo. Miro el reloj: el tiempo corre, y se agota. Concretamente se me está agotando a mí. Me queda tanto por hacer... Quiero coger la cámara y salir a capturar instantes, lugares abandonados, suspiros de rocas y árboles, y destellos de sol. 
Quiero hacer las maletas, comerme el mundo después de haber estado durante toda mi vida hambrienta. Quiero conocer, entregarme a aquello que me sostuvo en los momentos críticos. Quiero coger todos mis libros y que dejen de ser sueños. Quiero volver a escribir ficción y reflexión, porque la vida está para vivirla, y no quiero hacer de la mía una constante memoria. Quiero pensar en los ejes cartesianos, en límites e indeterminaciones, y tratar de darles forma de nuevo. Quiero hablar de razones e ideas, dominar el emotivismo y dejar los misticismos a un lado. Sólo para olvidar... Y empezar a crear. 
Hoy es 22 de agosto, y estoy deseando olvidar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario