jueves, 28 de mayo de 2015

Red Bull y ginebra

Sublevación y oídos sordos, y dejar el resto de cosas pasar.  Porque cuando pasen no serán más que pasado. 
La liberación no es simplemente suficiente, sino el mínimo exigible a la osadía de enfrentarse a los propios fantasmas. Y también percatarse de la ventaja en cuanto a madurez, humanidad y coherencia existentes en comparación a ellos, por mucho que las comparaciones sean odiosas.
Seré todo lo que dicen: un tapón irrisorio con voz de pito y vista de topo. Pero yo no necesito arrastrar la moral de los demás por los suelos para sentirme viva. ¿Por qué? Porque, por suerte o por desgracia, tengo doble dosis de moral asignada de serie, porque veo cosas que ni siquiera están al alcance de su imaginación, a pesar de todos mis defectos. Porque he aprendido a cargar con ellos y tengo muy claro cuál es el lugar que me corresponde: aquel hasta el que quieran llevarme mi esfuerzo y mi constancia.

1 comentario:

  1. ¿Y si fueses todo lo que han dicho que eres? ¿Serías capaz de mirarte al espejo, con los ojos llenos de hipocresía, y entre tantas palabras vanas reconocerte? Probablemente sólo verías tu reflejo distorsionado por la sociedad. Pero, ¿y si pruebas a mirarte de nuevo, con la mirada puesta en esa persona que no se ha dejado afectar por terceros, que se ha mantenido fiel a sí misma y ha aprendido a quererse tal y como es? Entonces querida, será cuando logres verte por primera vez a ti misma, con los mismos ojos con los que yo te veo, llenos de orgullo y admiración.

    ResponderEliminar