domingo, 22 de marzo de 2015

Obsesiones platónico-cartesianas

Mi obsesión por las teorías platónicas y cartesianas acerca de si cuerpo y alma podrían existir el uno sin el otro, o si todos y cada uno de nosotros estábamos abocados originalmente a ser seres perfectos y que, por ello, el haber quedado encerrados en un cuerpo lleno de necesidades y carencias es la causa directa de todos nuestros males. Me frustro en el intento de clasificar, de razonar y de intentar convencerme a mí misma de que nada de lo que en este mundo pueda ocurrir es real. Que la verdad solo puede ser hallada por el alma libre del cuerpo, por nuestro verdadero yo. Y por obstinada he olvidado hasta la sensación más pura y estimulante experimentada por ningún cuerpo. Ningún otro, salvo el mío. 
Hoy, cuando me falta el aire, recuerdo aquellas palabras que después de dos años regresan a mí como un silbido en el viento que representa la sinfonía perfecta. Y me eriza la piel cuando traslado el escrito a su voz suave como el susurro de mis lágrimas al caer, o la caricia de sus labios en mi frente.  No necesitaría respirar.. Dejaría de hacerlo sin dudarlo. 
Y si tus palabras son capaces de hechizarme, qué podría decir de todo lo demás. Tu presencia me recuerda a las temperaturas suaves... Estando en un mismo lugar, a tu lado, me siento segura y cálidamente arropada por el domino infinito de tus pupilas, que lo abarcan todo. El problema llega cuando tú te vas. Entonces el fuego me congela y el hielo me abrasa... Al igual que cuando tu piel roza la mía. El colapso de sensaciones es tan grande que no encuentro alegoría capaz de describir nada. Nada. Porque todo fue antes nada, y nada queda en mi alma vacía si te apartas de mi lado. 

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