viernes, 6 de febrero de 2015

Balas alemanas

En ocasiones siento mi libertad acotada por los límites del espacio. Me siento vacía por no poder tocarte. No poder rozarte, no poder respirar tu mismo aire, no poder mirarte a los ojos y, sin embargo, desearlo con cada célula, cada gota de humanidad. Mi ilusión, mi error. El torbellino de sensaciones que no me deja ver más allá de tu recuerdo, del minuto cero, del de partida. 
Cuando llegaste conocí un después que jamás había esperado, tan grande que me hizo olvidar el caos del antes: aquel que nunca volverá. Y, después del después, ¿qué encontraré? Más y más después. 
El camino del mañana no tiene más divergencias. No hay lugar para más dispersión. 
No puedo escapar. No puedo vencer, ni darme por vencida.  
Las balas alemanas sí matan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario