miércoles, 29 de abril de 2015

30 de abril

Quizá por mucho tiempo que pase está escrito que no entienda ciertos aspectos sobre ti y tus reacciones. De tu mirada fría y distante cuando estoy helada, de tus manos provocadoras. Y puede que tan escrito esté esto como que lo premedites todo. Como que desaparezcas o quieras castigarme con tu presencia acusadora que sabes que me mata de setecientas noventa y dos formas distintas. Una por cada día que nos conocemos. 
¿Por qué aquí? ¿Por qué ahora? Porque tal vez algún día regreses a este punto (.) y te apetezca entender mis inquietudes. Por si acaso, solo por si acaso, deberían no borrarse de mi mente, que en este momento necesita de tus consejos más que cualquier cosa imaginable. 
Mañana me examino por penúltima vez, según lo acordado, de Historia del Mundo Contemporáneo. Al amanecer tendré que volver a obligarme a seguir con mi vida en nuestra peculiar relación amor-odio, pase o deje de pasar. Pero esta noche puedo permitirme sumergirme en mis locuras hasta que el sueño pueda conmigo y me derribe contra la almohada. Vacía, sola y eufórica. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario